Situado a caballo entre los estados de Tennessee y Carolina del Norte, el Parque Nacional Great Smoky Mountains es uno de los más visitados del país. En el corazón de los Montes Apalaches, sus montañas coronadas por nieblas casi perpetuas y sus coloridos bosques, salpicados por numerosos ríos y cascadas, se combinan para crear paisajes exuberantes e idílicos en los que mora una gran variedad de animales.
Cientos de turistas deciden disfrutar de unas vacaciones en la naturaleza transitando los miles de senderos señalizados que recorren este parque para conocer sus insospechados rincones de una increíble belleza natural y observar especies animales emblemáticas como el oso negro o la increíble comunidad de salamandras de todos los colores y tamaños.
A lo largo de sus más de 200.000 hectáreas, el Parque Nacional Great Smoky Mountains alberga paisajes idílicos, famosos por su riqueza biológica y sus contratados colores. La vegetación del parque se compone de densos bosques caducifolios y perennifolios, extensas y llanas praderas y pobladas arboledas que pueblan cotas y valles creando una amplia variedad de ecosistemas. Numerosos riachuelos recorren el parque, serpenteando entre los árboles y contribuyendo a dibujar bellos paisajes. Las estaciones ofrecen en esta zona un increíble espectáculo de colores, adquiriendo intensas y variadas gamas cromáticas a lo largo del año, especialmente durante la primavera y el otoño, lo que convierte al Parque Nacional Great Smoky Mountains en un destino ideal para los amantes de la fotografía.
La riqueza de Great Smoky Mountains es tal, que en su territorio conviven más tipos de plantas y árboles que en todo el continente europeo. Se han catalogado más de 4.000 especies vegetales, de las cuales unas 130 son árboles. Es posible distinguir diversas zonas y ecosistemas, puesto que el parque muestra un terreno irregular. Así, el pico más alto, el Clingmans Dome, alcanza una altitud de más de 2.000 metros, mientras que el resto de cotas muestran alturas inferiores que no sobrepasan los 1000 metros. Esta diferencia es la que propicia la existencia de diversas climatologías en el parque, pudiendo encontrar zonas influenciadas por los vientos procedentes del Ártico donde las temperaturas descienden hasta los 30ºC bajo cero. Los veranos suelen ser más templados y lluviosos, y los inviernos más fríos y secos, aunque el clima es imprevisible a lo largo de todo el año.
La gran diversidad botánica del Parque se debe a los periódicos avances y retrocesos de los hielos acaecidos durante la época de las glaciaciones, que permitieron a especies del norte y del sur colonizar estos parajes.
Esta diversidad botánica y climática que muestra el territorio de Great Smoky Mountains genera también lugares perfectos para la preservación de una gran cantidad de especies animales. Destacan las salamandras, que han alcanzado una gran prosperidad en estas tierras, habiendo sido censadas más de treinta especies diferentes de diveros tamaños. También es posible encontrar muchas ranas y sapos, así como otros pequeños anfibios como tortugas, lagartos y serpientes.
Las especies de mamíferos también son abundantes, habiéndose contabilizado más de sesenta especies diferentes. Los más representativos son los osos negros, los zorros y coyotes, así como distintas especies de ciervos. Conviven con estos grandes mamíferos otros de menor tamaño, como mapaches, nutrias, ardillas, linces y una infinidad de murciélagos y roedores, fáciles de ver cuando cae la noche. Algunas de las especies endémicas de la zona, como el zorro gris, han desaparecido del territorio debido a la caza masiva practicada desde tiempos de los colonos, al igual que otras especies de menor tamaño que no pudieron competir con especies foráneas introducidas a partir del siglo XIX, tales como el jabalí, muy dañino con el ecosistema, y cuyas poblaciones son objeto de programas de control.
Sin embargo, el Parque Nacional Smoky Mountains no resulta atractivo solo por sus increíbles parajes naturales y su abundante biodiversidad, sino también por los vestigios que alberga de sus antiguos pobladores, los indios Cherokee, quienes todavía mantienen una pequeña población en territorio protegido, además de las construcciones que sobreviven desde la época de los primeros colonizadores.
Destacan las granjas de montaña construidas por los colonos alrededor del año 1800, una muestra del estilo arquitectónico de la época. Para contribuir al conocimiento de la historia y el pasado de estas poblaciones, el parque cuenta con tres centros principales para visitantes: el primero es el de Cherokee, en el estado de Carolina del Norte, que alberga el Mountain Farm Museum, donde se exponen interesantes muestras de la vida de aquellos primeros granjeros que se asentaron en la zona. Los otros dos centros de visitantes se encuentran en el estado de Tennessee, uno en Gatlinburg, que recibe visitas todo el año, y otro en Townsend, en el que es posible visitar edificios del siglo XIX en un buen estado de conservación. Este centro turístico permanece cerrado durante el invierno, dadas las bajas temperaturas que se alcanzan en la zona.
