Nueva York es una de las ciudades mas versátiles de Estados Unidos. A diario miles de personas la visitan con intereses muy diversos: negocios, turismo cultural, espectáculos, deportes, pero sin duda una de las razones por la cada vez mas parejas la elijen como destino para un fin de semana romántico o una luna de miel es que la Gran Manzana es el escenario ideal para revivir una romántica historia de amor, es por ello que este año para celebrar nuestro aniversario decidimos ir allí.
Os cuento como pasamos uno de los fines de semanas mas románticos de nuestra vida.
Nos alojamos en el NoMad Hotel, un exquisito hotel 5* de inspiración francesa situado a unos 10 minutos a pie del Empire State Building. Lo que mas nos gustó de el y lo que le hace tan especial es su toque de estilo clásico y europeo pero a la vez muy chic, detalles como una gran bañera vintage en mitad de la habitación o muebles de caoba, sin duda fue un acierto ya que resultó muy familiar y a la vez una experiencia muy diferente de otros hoteles mas “cosmopolitas”.
Decidimos disfrutar de los innumerables escenarios que Nueva York ofrece para un romántico paseo y hacernos fotografías en pareja. Comenzamos por Central Park, el pulmón de Nueva York, un parque que prácticamente cualquier día y a cualquier hora está repleto de personas disfrutando de la naturaleza, paseando, haciendo un picnic, practicando deporte o tomando el sol, pero a pesar de ello, quedan rincones por descubrir para los enamorados, nuestro objetivo era conocer el Bow Bridge, el puente mas romántico y elegante del Parque y una de sus primeras construcciones, este idílico puente atraviesa el lago uniendo Cherry Hill y The Ramble, aparece en las grandes historias de amor de Hollywood rodadas en Nueva York como en la película “Otoño en Nueva York” o “Grandes Esperanzas”, un lugar perfecto que resultó perfecto para hacernos unas fotos e inmortalizar el momento, de hecho allí nos encontramos con muchos americanos que viajan hasta Nueva York para pedir la mano de su pareja en este lugar, allí vivimos una anécdota muy curiosa cuando americano nos pidió que le grabáramos con el móvil mientras le pedía la mano a su novia, por supuesto no pudimos negarnos!!
Terminamos nuestro paseo con un recorrido en coche de caballo por el parque, lo que resultó una opción perfecta ya que estamos un poco cansados ese día. En esta ocasión habíamos decidido conocer la puesta de sol de la ciudad desde diferentes edificios ya que a pesar de ser una urbe repleta de rascacielos, en Nueva York podemos contemplar uno de los atardeceres mas bonitos de América.
La primera tarde nos decidimos por el famoso Empire State Building, tras subir hasta la planta 86, unos 320 metros, llegamos al Observatorio desde el cual pudimos contemplar como anochecía sobre la ciudad que nunca duerme disfrutando de una vista de 360º, en nuestro horizonte veíamos Central Park, Times Square, el edificio Flatiron, el puente de Brooklyn, el edificio Chrysler, la Estatua de la Libertad y otros muchos rincones de la ciudad, eso si, si os decidís a vivir esta experiencia os recomendamos ir con tiempo para coger un buen sitio ya que suele haber bastante gente.
La segunda tarde fuimos a otro de los edificio mas emblemáticos de la ciudad, el mirador del Rockefeller Center, el Top of the Rock, también fue una opción excelente y mucho menos concurrida, desde allí pudimos disfrutar de la caída del sol detrás del Empire State Building, Central Park y Times Square. Hay muchas maneras de ahorrar al moverte por Nueva York, por lo que te aconsejamos tener en cuenta algunos consejos para ello…
Nuestra cena de aniversario fue en un encantador restaurante recomendación de un colega americano, el restaurante One if by Land, Two if by Sea. Nuestro amigo nos contó que es considerado el 5º restaurante mas romántico del mundo y podemos asegurar que nada mas entrar su chimenea y sus cientos de velas nos dejarán sin respiración. Para cenar nos ofrecieron dos tipos de menú degustación, de 3 y de 7 platos, Nos decidimos por el de 7 platos ya que era una ocasión muy especial y realmente puedo afirmar que todos y cada uno de ellos mereció la pena, en especial el solomillo Wellington, que resultó el mejor que habíamos probado en nuestra vida y la tarta de limón que parecía traída de la mejor pastelería de París.
Decidimos terminar nuestra velada tomando un cocktail en la terraza 230 Fith Rooftop, siempre que vamos a Nueva York pasamos por allí y siempre resulta fascinante, no solo por la vistas sino porque nos permite sumergirnos en el mas puro ambiente neoyorquino.
¿Te gustaría pasar unos días en Nueva York de la manera más romántica posible?. Nuestro equipo de Viajando por América podrá hacer que ese sueño cobre vida…
