Viajar a los Estados Unidos

Tras nuestra boda decidimos poner rumbo al Oeste EEUU y Riviera Maya.
El recorrer parte de la mítica ruta 66 con un Mustang fue algo increíble, en momentos parecía que estabas de verdad en una pelicula del antiguo oeste, típicas de las que se solían ver en la TV… Los hoteles de las Vegas, el Gran Cañón del Colorado, el Pier de Santa Mónica o Beverly Hills entre muchos otros, son lugares increíbles que jamás se borrarán de nuestra cabeza y que se deberían visitar al menos una vez en la vida.
Por último y para descansar un poco, disfrutamos unos días en Riviera Maya, en un gran resort con unas piscinas y playas increíbles, y como no, viendo una de las 7 maravillad del mundo (Chiché Itzá) y sus impresionantes cenotes.
Un viaje que no podremos olvidar y el cual hace uno de nuestros sueños realidad…

Un viaje estupendo, inolvidable, estuvimos 5 noches en Nueva York y 5 noches en Riviera Maya.
En Nueva York se nos hizo corto, tenemos pendiente ir de nuevo porque quedamos fascinados. Cogimos un pack de bus turístico y acceso a varias excursiones (elegimos subir al Empire State, Rockefeller y a la torre Freedom), los buses nos venían genial porque te explican a la vez que vez que ves cosas y puedes bajarte y subirte las veces que quieras para verlo todo mejor.
¡¡¡El hotel estaba justo al lado de Times Square y era una pasada!!!!
En Riviera estuvimos alojados en el Royal Suites Yucatán by Palladium, todo genial, ¡hasta incluida Chivas a pie de playa!, una pasada eso de estar a pie de playa y que te traigan lo que quieres, desde bebida hasta snacks y comida.
La excursiones también las hicimos a través de TravelTour y fueron las mas económicas y, además, en grupos reducidos. Sin duda un viaje que no olvidaremos…

“Nuestro viaje empezó en Nueva York y fue increíble… todo a lo grande!! Estuvimos 5 días y la verdad que pudimos ver muchas cosas organizándonos bien. Recomiendo el NY city pass porque te ahorras mucho tiempo en colas…hay muchísima gente!! Recomendable el Tour de Contrastes para hacerte una idea general de los barrios. Por otra parte, nos llamó la atención el One Worl Trade Center, visita obligada aunque el museo puede llegar a agobiar, estas casi 2 horas viendo imágenes y objetos y llega un punto que te supera …
La Estatua de la Libertad me pareció más pequeña de lo que vemos por la tele y para subir hasta la corona hay que reservar con dos semanas de antelación. En Times Square hay un restaurante que es típico americano, hamburguesas y batidos, y los camareros cantan…son los futuros protagonistas de Broadway! Siempre hay cola pero merece la pena esperar un poco.
Nuestra siguiente parada fue Philadelphia y la verdad que no vimos mucha cosa…De ahí fuimos a Washington y como está todo más o menos cerca, se puede visitar en un día. El único inconveniente es la Casa Blanca, si tienes suerte puedes entrar a la zona trasera (la zona que se ve siempre por la tele) pero de repente cierran todo y no dejan pasar. En Washington también están los museos del Smithsonian, hay muchísimos para verlos todos pero entrar a uno o dos está bien. También se puede visitar la zona de Georgetown si hay tiempo, se ve mucho ambiente ya que está la Universidad allí y es buena zona para cenar y tomar algo.
Finalmente, acabamos en las Cataratas del Niágara, impresionantes!! El viaje en barco está muy bien, pero a medida que te acercas a la segunda catarata te empieza a caer agua y ya no ves nada…pero bueno, nosotros pensamos que ya que vamos, hay que hacerlo todo. La única pega que le podemos poner son los precios y las propinas…comer es carísimo y encima hay que añadirle el % de propinas, aunque ya sabemos lo que hay, no deja de sorprenderte pagar tanto por comer algo básico.

Mis amigos y yo queríamos hacer un viaje tras la gran amistad que hemos creado durante la residencia médica en el Hospital de Jaén durante 4 años, en el que pudiésemos disfrutar de la visita a una ciudad y compaginarlo también con buenas playas. Finalmente nos decidimos por visitar Cuba, destino que los 11 viajeros teníamos muchas ganas de conocer.
Salimos desde Madrid con la compañía Evelop, vuelo que se nos pasó muy rápido debido a la gran ilusión que teníamos de llegar. A destacar sobre esta compañía es que sus comidas principales no fueron demasiado buenas, aunque el snack que nos dieron como merienda/cena (compuesto de embutido español) no estuvo nada mal.
A la llegada a La Habana nos esperaba la agencia local que nos llevaría hasta el Hotel Inglaterra, en pleno centro de la ciudad. Antiguo hotel colonial muy acogedor, sus habitaciones eran muy amplias y limpias. Nos encantó su ambiente, diariamente desde la tarde hasta bien entrada la noche, había conciertos de música típica cubana en la zona exterior del hotel. Los desayunos eran variados, y nos sorprendió gratamente ya que en Cuba esperábamos menos variedad. Al siguiente día fuimos de excursión al parque de Viñales. Comenzamos en la plantación de tabaco que se nos hizo muy amena e instructiva, ya que nos explicaron todo el proceso de plantación, recogida de la planta de tabaco y elaboración artesanal de los puros habanos. Esta finca se llamaba Finca Macondo. Posteriormente, junto a la finca, había otra pero de café, donde nos explicaron el mismo proceso pero para la elaboración de café (arábico). Luego nos desplazamos a ver una de las zonas más bonitas del parque, en la cual nos subieron en una barca y vimos una gruta. Más tarde nos desplazamos a un restaurante con comida típica cubana, y estuvo muy bien. Por último, nos llevaron a contemplar unas vistas del parque y al mural de la prehistoria, impresionante por su tamaño y colorido. A la vuelta de la excursión, cenamos en el Chanchullero (muy recomendable) y tomamos el típico daikiri en La Floridita.
A la mañana siguiente comenzamos con una visita guiada (free tour) en la que recorrimos todo el centro histórico de La Habana, visitando como monumento principal la Catedral. Por la tarde tomamos café en la plaza vieja y un mojito en La Bodeguita del Medio, y seguimos paseando por las calles del casco histórico con tan grato encanto. Cenamos en el D’Next, restaurante de comida rápida que estaba bastante bien. Por la noche fuimos a ver un espectáculo de música cubana en la Casa de la Música.
El último día en la ciudad visitamos el Capitolio por la mañana, y luego fuimos a almorzar a un restaurante del mismo grupo que el del Asturianito (justo en el mismo bloque, con comida de calidad y buen precio). Por la tarde fuimos a echar un paseo por La Habana vieja de nuevo y además contratamos tres coches (almendrones), dando una vuelta por toda la ciudad, yendo a la Plaza de la Revolución, Plaza de John Lennon y el malecón, y subimos hasta ver al Cristo de La Habana y disfrutar de unas vistas impresionantes de la ciudad al atardecer. A última hora de la noche, fuimos a ver el cañonazo real en la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña.
La siguiente parte del viaje fueron 3 días en el Cayo Santa María, en el hotel Meliá Cayo Santa María. Se suponía que el hotel era de 5 estrellas, pero en realidad el trato, la limpieza y las instalaciones no se corresponden con ello; aunque sí es cierto que disfrutamos mucho porque las playas son maravillosas y realmente no estuvimos mal en el hotel. Con respecto a la comida, la variedad es la misma en toda Cuba: carne de res, carne de pollo, arroz con frijoles, plátano frito y yuca como alimentos estrella, aunque también podías encontrar pescados, pastas, verduras…
pero nada que ver como los hoteles 5 estrellas que estamos acostumbrados en España.
Cabe resaltar la excursión que realizamos en catamarán, donde nos llevaron a hacer snorkel en un sitio maravilloso donde pudimos disfrutar de una gran variedad de peces y corales, para luego llevarnos a una playa virgen, previo paseo por el mar disfrutando de bebidas y aperitivos que los tripulantes nos ofrecieron.
Disfrutamos de un viaje estupendo al que recomendamos a todo el mundo ir, siempre y cuando tengan en cuenta las limitaciones que hay en la isla. Ni el servicio, ni los hoteles ni la variedad de comida serán tan buena como en otros destinos. Lo que sí merece mucho la pena es visitar la ciudad de La Habana, ciudad única con un encanto especial.

Teníamos muchas ganas de visitar la isla de Cuba y sin lugar a dudas acertamos tanto en ir como en el lugar donde contratar este viaje para hacerlo.
Nos movimos con total libertad por la habana, conocimos sus lugares mas emblemáticos y otros no tantos, todos con un encanto que solo hemos visto allí. Visitamos Cienfuegos, Trinidad y Santa Clara en un tour de tres días, las tres nos impresionaron. Cada rincón de este país merece la pena ser visitado.
Por último y ya en modo relax, estuvimos alojados unos días en el hotel Melia Buenavista en Cayo Santa Maria, aguas cristalinas, arrecifes de corales y un personal muy amable, hicieron que nos despidiéramos del hotel con una gran pena pero con muy buen sabor de boca.
Sin lugar a duda un viaje para repetir por muchos detalles a lo largo del viaje que lo han hecho muy especial y nuestro agradecimiento a la agencia por conocer el producto que necesitábamos…